Cuida la alimentación de tu perro: ¡lo que come importa!

Al igual que algunos alimentos no son buenos para nosotros, existen «no rotundos» que debemos conocer cuando se trata de la salud de nuestras mascotas. Estos ingredientes pueden tener un impacto inmediato o acumulativo en su organismo, desencadenando respuestas perjudiciales o activando genes de enfermedad. A continuación, enumeramos algunos de estos «no rotundos» que a menudo provienen de nuestra propia cocina.

  1. Pepa y Cáscara del Aguacate: Aunque el aguacate es un superalimento para nosotros, sus pepas y cáscaras contienen sustancias que pueden ser dañinas. Un compuesto conocido como persina que está asociado a vómitos, diarrea y daño cardiaco. Además de que la pepa representa un peligro de obstrucción intestinal, lo que agrava el riesgo para nuestros amigos de cuatro patas.
  2. Ahuyama: Si bien es saludable para nosotros, la ahuyama cruda puede causar problemas digestivos en los perros. ¡ATENCIÓN! No existen estudios sólidos que documentes toxicidad por ahuyama. pero la advertencia se basa e que muchas preparaciones humana contienen ingredientes añadidos que si pueden causar molestias. Dado que no hay datos amplios que avalen su seguridad incondicional, lo prudente es evitarla.
  3. Chocolate: Este delicioso manjar humano contiene metilxantinas, principalmente teobromina, una sustancia tóxica para los perros ya que el hígado no logra metabolizarla de manera rápida. por ende hay una sobreestimulacion del sistema nervioso y corazon, generando sintomas como vómitos, taquicardia, temblores, convulsiones e incluso la muerte. Evita que tu perro tenga acceso a cualquier tipo de chocolate. Cuanto más oscuro el chocolate, mayor es la concentración de teobromina.
  4. Café: La cafeína es otra sustancia que contiene alcaloides estimulantes que afectan de manera similar a las metilxantinas. En perros y gatos ´pueden provocar sobreexcitación, ritmo cardiaco elevado, temblores y en casos graves convulsiones.
  5. Orégano: Aunque es una hierba común en nuestras cocinas, y en pequeñas dosis no es probable que no sea tóxico para perros y gatos. El orégano no esta considerado como alimento seguro o de consumo libre ya que contiene aceites esenciales que son irritantes en elevadas cantidades para los animales. por tanto no recomiendo incluirlo en dieta.
  6. Frutos Secos: No todos tienen estudios detallados. muchos presentan dos riesgos: alto contenido en grasa (que puede llevar a pancreatitis) y en algunos casos compuestos tóxicos específicos. por ejemplo la macadamia nuts son tóxicos para perros: puede provocar debilidad, temblores, hipertermia e incoordinación en solo 12 horas tras ingerirlo.
  1. Ajo: Pertenece al género Allium y contienen compuestos sulfurados que en perros y gatos provocan daño oxidativo a los glóbulos rojos, llevando a la formación de cuerpos de heinz y anemia hemolítica. aunque los síntomas pueden tardar días en aparecer, el riesgo es real. Es decir: aunque se dé en poca cantidad, sigue siendo peligroso.
  2. Cebolla: La cebolla, al igual que el ajo, contiene compuestos que pueden ser dañinos para nuestros amigos peludos. Puede desencadenar anemia hemolítica al provocar oxidación de los glóbulos rojos. ¡OJO! en gatos es más fácil que ocurra debido a su sensibilidad, por lo tanto nunca debe ser incluida en la dieta.
  3. Sal: El consumo excesivo de sal en perros y gatos puede llevar a intoxicación por sodio: los síntomas incluyen vómitos, diarrea, temblores, convulsiones, daño cerebral y desequilibrio hídrico y en casos extremos , la muerte.
  4. Alcohol: El etanol compuesto altamente toxico para perros y gatos que afecta el sistema nervioso central, sistema respiratorio, corazón, hígado y riñones. En perros se han descrito muertes tras ingesta de grandes cantidades (dosis letal 5.5-7.9 gramos/kilogramos de etanol puro). Ten cuidado con masas de pan cruda fermentada, cerveza, vino, o licores pueden representar riesgo.
  5. Marihuana (Cannabis): En sus diferentes formas, se utiliza de manera terapéutica en medicina veterinaria, y hasta la fecha los estudios no demuestran que el cannabis por sí mismo sea tóxico ni letal para perros o gatos. Por el contrario, existen investigaciones que respaldan los beneficios de los aceites y extractos controlados del cannabis en el manejo del dolor, la ansiedad y otras afecciones. Los casos de intoxicación reportados suelen estar relacionados con el consumo accidental de productos de uso humano —como brownies, galletas o tortas— que además de cannabis contienen ingredientes realmente peligrosos para los animales (chocolate, azúcar, harinas, entre otros). Cuando un perro o gato consume una dosis excesiva de marihuana, puede presentarse una depresión del sistema nervioso central, somnolencia, descoordinación y descenso de la temperatura corporal, pero no se ha demostrado que estos cuadros lleven a la muerte. El tratamiento se centra en brindar soporte y confort al organismo, incluyendo hidratación, control de la temperatura y un ambiente tranquilo hasta su completa recuperación.
  6. Uvas Pasas y frescas: Su ingestión está asociada en perros con lesión renal aguda de forma repentina, aunque el mecanismo exacto aún no está claro (se sospecha ácido tartárico, tartratos, o un toxina desconocida). En gatos también hay casos anecdóticos de toxicidad, por lo que la recomendación es evitar totalmente.
  7. Leche: Aunque en pequeña cantidad no es tóxica para todos los perros o gatos, muchos animalitos son intolerantes a la lactosa, lo que puede provocar diarrea, malestar gastrointestinal o gases. Además, la leche aporta grasa y calorías innecesarias. Por ello, no es recomendable considerarla como alimento habitual. Recuerde: La leche solamente es bien tolerada en cachorros lactantes y proveniente de su misma especie.
  8. Pan: El pan cocido (simple, sin ingredientes peligrosos) no es peligrosamente tóxico, pero tampoco aporta valor nutricional significativo para perros/gatos y puede tener ingredientes añadidos (azúcar, sal, levaduras, aditivos). Peor aún: la masa de pan cruda (levadura activa) puede fermentar en el estómago, producir etanol y distensión gástrica, lo que ya es un riesgo clínico. Para los tutores, lo mejor es evitar dar pan o masa casera a sus mascotas.
  9. Huesos Cocidos: Aunque no siempre hay un “estudio” clásico por cada tipo de hueso, está bien documentado que los huesos cocidos pueden astillarse, producir perforaciones intestinales, obstrucciones, fracturas dentales, y otros daños graves en perros y gatos. Por tanto, se considera una práctica de alto riesgo dar huesos cocidos. El uso seguro de los huesos debe ser guiado por un nutricionista, sobre todo si estas brindando dieta cruda tipo (BARF) como base alimenticia en tu perro o tu gato.

La clave para mantener a nuestros perros felices y saludables está en conocer estos «no rotundos» en su dieta y asegurarnos de que no tengan acceso a estos ingredientes perjudiciales. Así, podemos disfrutar de una vida plena y saludable junto a nuestros leales compañeros caninos.

Cómo Brindar a tu Perro una Alimentación Consciente y Saludable: Paso a Paso

La alimentación de tu perro desempeña un papel fundamental en su salud y bienestar. Asegurarte de que reciba los nutrientes adecuados requiere un enfoque consciente y saludable en su dieta. En este artículo, te presentamos los pasos clave para lograrlo.

  1. 1. Investiga las necesidades nutricionales específicas.
    Cada perro es único: su edad, raza, tamaño, nivel de actividad y estado de salud influyen directamente en sus requerimientos nutricionales. Por ejemplo, un cachorro necesita más proteínas y energía para crecer, mientras que un perro senior requiere menos calorías pero más antioxidantes y ácidos grasos que cuiden sus articulaciones.
    Conocer estas diferencias es esencial antes de definir su dieta. Infórmate sobre los requerimientos específicos de tu mascota y evita aplicar dietas genéricas o recomendaciones de internet sin respaldo veterinario, ya que pueden no ajustarse a su realidad.
  2. Consulta con tu veterinario. 
    El veterinario es tu mejor aliado para diseñar una dieta segura y adecuada. No sólo puede recomendarte un plan nutricional acorde con el peso y estilo de vida de tu perro, sino también detectar posibles alergias, enfermedades metabólicas o digestivas que requieran ajustes en la alimentación. Una consulta regular permite hacer seguimiento al estado nutricional, monitorear cambios de peso y prevenir deficiencias o excesos. Si te interesa ofrecer dieta natural o casera, el veterinario te orientará sobre proporciones, suplementos y balance nutricional para que la alimentación sea realmente completa. ¡OJO! Si tu veterinario no tiene bases en nutrición, el te remitirá con alguno como nosotros, con experticia en la especialidad.
  3. Selección de alimentos de alta calidad.
    Opta por alimentos que cumplan con los estándares nutricionales internacionales (AAFCO o FEDIAF). Ya sea que elijas alimento comercial o dieta casera, revisa que esté formulado para cubrir todas las necesidades de tu perro. Un alimento de buena calidad debe ofrecer proteínas de alta digestibilidad, grasas saludables y fuentes de carbohidratos que aporten energía sin generar picos de glucosa. Evita opciones con subproductos de baja calidad, colorantes artificiales o conservantes químicos innecesarios.
  4. Ingredientes de calidad. 
    Lee las etiquetas. Los primeros ingredientes deben ser fuentes claras de proteína animal (pollo, pavo, res, salmón, etc.), seguidos de carbohidratos complejos como arroz integral, avena o batata, y grasas saludables como aceite de salmón o de coco. Los ingredientes de baja calidad o los rellenos sin valor nutricional, como harinas vegetales o exceso de maíz, no aportan beneficios reales. Además, procura incluir alimentos frescos o naturales cuando sea posible, siempre bajo orientación veterinaria.
  5. Porciones adecuadas.
    El exceso o la falta de alimento puede afectar seriamente la salud de tu perro. Las porciones deben calcularse con base en su peso actual, condición corporal, edad, nivel de actividad y metabolismo.
    Un perro muy activo puede necesitar hasta el doble de energía que uno sedentario. Utiliza guías de porciones recomendadas en el empaque del alimento, pero ajusta según las recomendaciones de tu veterinario. El objetivo es mantener un peso estable y una figura saludable, sin costillas, caderas y vertebras marcadas ni exceso de grasa abdominal.
  6. Evita alimentos nocivos.
    Muchos alimentos de consumo humano son peligrosos para los perros. Entre los más comunes están el chocolate, las uvas o pasas, la cebolla, el ajo, la cafeína, los edulcorantes como el xilitol y los huesos cocidos. Estos ingredientes pueden causar intoxicaciones graves, daños en órganos vitales o incluso la muerte. Mantenlos fuera de su alcance y enséñale a tu familia que ofrecer “un bocadito” puede poner en riesgo su salud. Si quieres consentirlo, usa premios diseñados para mascotas o snacks naturales aprobados por tu nutricionista veterinario.
  7. Hidratación. 
    El agua es el nutriente más importante y, a menudo, el más olvidado. Asegúrate de que tu perro tenga siempre acceso a agua fresca y limpia. Cambia el agua al menos dos veces al día y lava su recipiente con frecuencia para evitar bacterias.
    Una buena hidratación ayuda a mantener la función renal, la digestión y la regulación de la temperatura corporal. Si tu perro come alimento seco, su necesidad de agua será aún mayor.
  8. Alimentación regular.
    Los perros se benefician de tener horarios fijos de alimentación. Esto no solo regula su metabolismo, sino que también contribuye a una mejor digestión y a mantener rutinas estables.
    Generalmente se recomienda dividir la ración diaria en dos comidas (mañana y tarde), aunque los cachorros o los perros con requerimientos especiales pueden necesitar más tomas. Evita dejar el alimento todo el día, ya que esto puede fomentar el sobrepeso o la pérdida de interés por la comida.
  9. Control de peso. 
    El peso ideal no se mide solo en kilos, sino también en la condición corporal. Un perro con sobrepeso puede desarrollar problemas articulares, respiratorios, cardíacos o metabólicos, mientras que uno con bajo peso puede tener deficiencias nutricionales o enfermedades de fondo. Pésalo cada mes y observa su figura: las costillas, caderas y vertebras deben sentirse al tacto sin verse marcadas. Si notas cambios en su peso o energía, consulta a tu veterinario para ajustar la dieta o descartar causas médicas.
  10. Supervisión y ajustes continuos.
    La nutrición no es estática
    . A medida que tu perro envejece, cambia su nivel de actividad o atraviesa procesos fisiológicos (como castración o enfermedad), sus requerimientos nutricionales se modifican.
    Observa su apetito, digestión, pelaje, energía y estado de ánimo: todos son indicadores de bienestar. Ajusta la dieta con la guía de tu veterinario cuando sea necesario. Alimentar de forma consciente es entender que la salud se construye cada día, desde el plato.

Brindar a tu perro una alimentación consciente y saludable es una muestra de cuidado y amor. Cada paso que tomes para mejorar su dieta contribuirá a su calidad de vida. Siempre busca la orientación de tu veterinario para adaptar la alimentación a las necesidades específicas de tu mascota y asegurarte de que esté en su mejor estado de salud. Tu perro te lo agradecerá con su compañía y vitalidad.

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